Hoy 28 de mayo, Chiquito de la Calzada hubiera cumplido 90 años. Si no vives en España puede que no sepas quién es. Se trata de un humorista que creó un lenguaje propio, que todavía pervive en el hablado de los españoles. Tal es su fama que Google le ha dedicado uno de sus clásicos “doodle”, es decir, una alteración de su logo para festejar el acontecimiento. Es curiosa la forma en que hay personajes públicos, en especial humoristas, que hacen aportes significativos a nuestra forma de comunicarnos. Otro de ellos fue Forges. Y, por supuesto, Cantinflas, a quien ya nos hemos referido en nuestro blog. El lenguaje de Chiquito de la Calzada ya es parte de nuestra forma de hablar cotidiana, al menos en España. A continuación, te contamos sus aportes y los de otros humoristas a nuestra lengua común.
De contador de chistes anónimos a revolucionario del idioma
Cuenta la leyenda que Gregorio Sánchez era un hombre muy poco conocido que contaba chistes en reuniones familiares, bodas y comidas de empresa. En cierta ocasión, lo hacía en un restaurante de Torremolinos, en el sur de España. En ese momento un productor de televisión que lo vio actuar quedó asombrado con los recursos que desplegaba para hacer reír. Gregorio tiene más de sesenta años y saltará unos meses después al estrellato, gracias a ese casual encuentro. Para sus admiradores será ya siempre Chiquito de la Calzada.
Años después, es fácil reconocer muchos de sus inventos idiomáticos que pasaron desde entonces a formar parte de nuestra manera de hablar. Y es que, por alguna razón, hay personajes públicos que caen en gracia y que acaban influyendo en la manera en cómo nos expresamos.
Algunas de las creaciones idiomáticas más célebres de Chiquito
Incluso entre quienes no se ríen con sus chistes, no es difícil escuchar de vez en cuando alguna de las palabras que él inventó y que pasaron a nuestro imaginario colectivo rápidamente. El tiempo dirá si perviven o no, pero aun 5 años después de su muerte, no es extraño escuchar en cualquier calle de España palabras como estas:
Al ataquerl: expresión equivalente a ¡vamos!
Cuidadín: advertencia de peligro
Fistro: en realidad, cualquier persona o animal puede ser un fistro. No tiene traducción
Hasta luego, Lucas: forma de despedida
Acandemor: muletilla que sirve para cualquier cosa
El chiquistaní
Junto a estas palabras y otras muchas, Chiquito intercalaba sonidos agudos y terminaba muchas palabras, que habitualmente concluyen el vocal, en “rl”. Es difícil entender por qué Chiquito tenía tanta gracia. Sus chistes hacían reír más por el lenguaje que usaba que por su contenido. Aunque también era decisiva su manera de caminar y su atuendo. A toda esta manera de comunicarse con palabras, señas y gestos inconfundibles, algunos le han llamado chiquistaní.
El lenguaje de los artistas
Ha ocurrido con otros grandes artistas. En este blog nos acordábamos no hace mucho de Carlos Mejía Godoy. Pero son los humoristas los más imaginativos. En su afán de comunicarse de otra manera diferente, llegando a su público por otras vías de la convencionales, algunos humoristas inventaron formas originales de expresión. Forges, por ejemplo, unía palabras. Así nacieron “tontolculo” o “vadios”. Y Cantinflas, el más grande de los humoristas mexicanos, invento una nueva lengua desarticulada y exenta de orden que escondía toda una subversión que ponía en evidencia el lenguaje vacío de quien utiliza las palabras más para confundir que para aclarar. Hoy rendimos homenaje a un artista que pasó desapercibido la mayor parte de su vida. Y, sin embargo, el lenguaje de Chiquito de la Calzada forma ya parte de nuestro patrimonio cultural.