Escribir claro y escribir bien son las dos máximas por las que se rige este blog. Pueden parecer la misma cosa. Pero no lo son. Por ejemplo, un artículo puede no tener ni una sola falta ortográfica ni gramatical y, sin embargo, no explicar con claridad sus argumentos. O pensemos en una novela. Puede ser una auténtica obra maestra y, sin embargo, no ser accesible para cualquier lector.

La mayoría de nosotros no escribimos para ganar premios literarios ni para que los críticos alaben nuestro maravilloso estilo. Cuando redactamos un informe, escribimos un artículo o ultimamos una tesis de grado, lo que más nos importa, o debería de importarnos, es que se nos entienda. Y ya no digamos si se trata de un correo personal, una carta de amor (si es que aún se escriben) o una presentación en power point. Lo importante en todos estos casos es la eficacia de la comunicación.

Ser claro a la hora de escribir parece una tarea de niños, pero no lo es tanto. Es más difícil escribir para que se nos entienda que para lucirnos. Para escribir claro hay que escoger la palabra más adecuada, poner las frases en su orden preciso y, sobre todo, pensar en lo que queremos decir antes de escribir.

Algunos consejos

¿Recetas? Me temo que no. Esto no es gastronomía. Lo mejor es leer mucho y practicar más. Pero algunos pequeños consejos, sí que podemos dar. Por ejemplo:

  1. Usa siempre que puedas palabras cortas. El gran Mark Twain fue un maestro en esto. Busca las aventuras de Tom Sawyer y verás que esta lleno de palabras cortas y populares pero llenas de vida. ¿Quién no entiende este libro? Lo mismo le gusta a un niño que a un adulto. Su calidad literaria está al alcance de todos los públicos.
  2. Cuidado con los adjetivos. Piensa bien cual es el que mejor expresa lo que quieres decir. Valle Inclán, dramaturgo español, dijo una vez que el adjetivo que no da vida, mata. En otras palabras, no pongas adjetivos a lo loco. Mejor solo uno, pero bien escogido.
  3. Siempre es mejor una frase sencilla que una complicada. En el lenguaje hablado hablamos con frases cortas y sencillas ¿no? Aunque el lenguaje escrito es otra cosa, conviene que lo imitemos al menos en este punto. Hay quien escribe frases larguísimas llenas de incisos y giros que nos llevan atrás y adelante como un tiovivo. Puede que sea útil para cierta literatura. Pero para que te entienda, avanza tranquilamente, con pausas. Como decía el novelista alicantino Azorín, “pon una frase detrás de otra”.
  4. Los párrafos sirven para distinguir un asunto del siguiente. Nada ayuda tanto a clarificar el mensaje como una pausa apropiada, como la que ofrece un punto y aparte.

Repasa, lee, práctica…

Finalmente, repasa siempre el texto que has escrito. Puedes pedirle a alguien que te lo revise. Si le aburre o, si lo que es peor, no se entiende bien lo que quiere decir, necesitamos mejorar y aprender a escribir más claro. Si te urge, puedes contar con nuestros servicios profesionales. Si no, vuelve a intentarlo. Mejorar la escritura requiere intentarlo una y otra vez. Solo practicando mucho, aprenderemos a escribir claro.