¿Es huevón un insulto? ¿O mas bien un trato de confianza? ¿De dónde proviene? Curiosa palabra, aceptada ya hace algunos años por la Real Academia, que sin embargo tiene significados diferentes dependiendo, por un lado, del contexto comunicativo y, por otro, del ámbito geográfico donde sea usado. Si sigues leyendo, te contaremos cómo se usa en diferentes países castellano hablantes y algunas de sus derivaciones.
¿Qué es un huevón?
Según el Diccionario de la Real Academia, en su primera acepción un huevón es una persona perezosa. Pero también puede ser, en países centroamericanos como Nicaragua u Honduras, casi lo contrario: una persona animosa y, sobre todo, valiente. En España se usa muy poco, pero en los países iberoamericanos es muy común, aunque siempre con matices (más allá de los que establece el propio Diccionario).
Por ejemplo, en Colombia se dice a menudo para referirse a alguien de quien todo el mundo se aprovecha. En México suele ser alguien perezoso. Y en ambos lugares, como en el resto de Latinoamérica, puede ser un insulto o un vocativo para dirigirte amistosamente a tu amigo. En el río de la Plata se usa poco, porque en esas latitudes se prefiere “boludo”, con un significado similar, a medio camino entre el insulto y la camaradería. En Chile huevón se ha convertido en una muletilla que sirve para todo. Tanto así que algún autor la ha llamado “el burro de carga de los chilenos”, aludiendo a los muchos significados que carga esta palabra. uno de los países que más usa esta palabra.
¿Por qué huevón?
No cabe duda de que huevón está relacionado con los testículos de los mamíferos. Pero, qué tiene esto que ver con, por ejemplo, la haraganería. Algunos sugieren que con testículos grandes es difícil moverse. Pero más verosímil parece la explicación que alude a los sementales. Estos toros grandes que no se castran y que sirve para procrear llevan una vida de ocio y descanso. No trabajan. O su trabajo es otro.
Desconocemos en qué momento se produjo el desplazamiento semántico para que en algunos lugares como los ya indicados, y también Ecuador, el huevón ya no sea una persona poco trabajadora sino muy animosa e incluso temeraria. Pero no cabe duda de que en ello habrá tenido que ver el tópico que asocia tener testículos grandes con ser valiente. Algo que, evidentemente, sabemos que no guarda ninguna relación.
Derivados de huevón
La cosa no termina ahí. Hay un verbo muy extendido por todo el continente americano: huevonear. En Perú alguien que huevonea es alguien que dice tonterías. También se dice a esto huevear. Pero huevear, en cambio, en Centroamérica, es un sinónimo de hurtar.
Tanto si te dicen huevoncito como huevonazo, no deberías sentirte muy feliz. Pero es evidente que el primer adjetivo está dicho con cierto cariño y, a veces, con la condescendencia que se le da a alguien poco importante. Pero huevonazo es otra cosa. Y se usará habitualmente con auténtico desprecio. Incluso se le puede llegar a decir al insultado que es un huevón a la vela (los tiene tan grandes que le sirven para navegar). En Perú tienen su variante, que podemos encontrar en las novelas de Vargas Llosa y Brice Echenique para mostrar la imbecilidad de alguien: “cojudo a la vela”.