El unicornio, Alejandría,

Aldana en Alcazarquivir,

Kim de la India y Samarkanda,

Santa Teresa y Boabdil…

Estos versos compuestos por Jesús Munarriz, con música de Luis Eduardo Aute y la voz de Carmen Machado, interpretación que puedes escuchar aquí, servían de entradilla a uno de los programas de televisión culturales más exitosos de la historia en lengua española producido allá por los años 80 del pasado siglo. El estribillo trae recuerdo de un tiempo más amable, con contertulios que construían puentes en vez de proferir insultos: “Todo, todo…, todo está en los libros”. Aquel programa se llamaba Biblioteca Nacional y lo dirigía un escritor y periodista, Fernando Sánchez Drago, fallecido este pasado 8 de abril en su casa de Castilfrío, Soria.

Amor por la lectura

Quienes, siendo jóvenes, tuvimos la fortuna de contar con programas de televisión tan sugerentes como Biblioteca Nacional, El mundo por montera o Negro sobre blanco, tenemos mucho que agradecer al hombre que tanto hizo por contagiarnos la fiebre por la lectura y el afán incansable de conocimiento. Bastaba ver los libros que presentaba, cargados de papelitos, anotaciones y subrayados, para inferir que el presentador se conocía la obra del invitado al dedillo. Su erudición era desbordante pero nunca excluyente. Era fácil poner la máxima atención a las ideas y reflexiones que surgían del diálogo, que tan magistralmente animaba, ampliando nuestros horizontes. Sencillamente, muchos aprendimos a amar la literatura de la mano de Fernando Sánchez Drago.

El escritor

Sin duda, la faceta que sobrevivirá el paso del tiempo será su condición de periodista literario y divulgador de toda suerte de conocimiento. Fue un erudito empeñado en la titánica labor de compartir lo que la vida y los libros le habían enseñado. Pero, además, Sánchez Drago, escribió algunas obras que por sí solas bastarían para incluirlo entre el selecto grupo de autores españoles con más talento de la segunda mitad del siglo XX. Gárgoris y Habidis, que ganó el Premio Nacional de Ensayo en 1979, fue uno de sus libros más celebrados. Ojo con las personas que le acompañaron en su presentación: Luis Racionero, Damaso Alonso, Fernando Savater, Torrente Ballester, Julio Caro Baroja, Aranguren y Agustín García Calvo. Ahí es nada. En este singular ensayo histórico, el autor bucea en el inconsciente colectivo español. Más de 20 años después, su vena narrativa alcanzó la cima: ganó el prestigioso Premio Planeta con La prueba del laberinto.

Tributo a la amistad

Los videos que se pueden encontrar protagonizados por el escritor fallecido son incontables, habida cuenta de su faceta pública y televisiva. Quizás el más famoso sea aquel en que Fernando Arrabal, el gran dramaturgo, apareció borracho ante las cámaras. Años después ambos lo recordaban junto a Alaska y a Santiago Segura en este video. Las polémicas, las boutade y las opiniones al margen de cualquier ortodoxia o corrección política abundaron en su trayectoria vital. Pero, por encima de todo, él y sus invitados nos persuadieron de que todo está en los libros. Era una delicia, por ejemplo, escuchar a Aute, a Dragó y a Escohotado, tres amigos, en una conversación irrepetible. A partir de este pasado domingo, ninguno de los tres queda vivo. Pero no cabe duda de que siguen, y seguirán, por mucho tiempo entre quienes tanto los disfrutamos.